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BESAPIÉS EXTRAORDINARIO AL STMO. CRISTO DE LA LUZ - DOMINGO 15 DE ENERO

BESAPIÉS EXTRAORDINARIO AL STMO. CRISTO DE LA LUZ - DOMINGO 15 DE ENERO

El próximo día 15, tercer domingo de ENERO, "JORNADA MUNDIAL DE LAS MIGRACIONES" la iglesia parroquial de Santa María de Ambrox de Dalías, acogerá un solemne y devoto "Besapiés extraordinario" al Stmo. Cristo de la Luz. El Besapiés tendrá lugar tras la misa dominical de las DOCE DE LA MAÑANA, presidida por el consiliario de esta Hermandad y párroco de Dalías, Juan Carlos Morales Morell y cantada por la Coral "Valle de Dalías" de Dalías.

Primer Besapiés de acción de gracias y alabanza del año 2017 que realiza la Real y Muy Ilustre Hermandad del Stmo. Cristo de la Luz.
Es un día intenso en esta Hermandad que continúa dando un buen ejemplo de fe cristiana. Proclamemos a todos los que encontremos las maravillas que Jesús ha hecho por nosotros y llevemos su Amor y su Paz a todos los que viven a nuestro alrededor.
BAUTISMO DEL SEÑOR

BAUTISMO DEL SEÑOR

La “Festividad del Bautismo del Señor” se celebra el domingo siguiente a la “Epifanía”, con la que se culmina el ciclo de Navidad. Este día se conmemora el Bautismo de Jesús en el río Jordán, por parte de Juan Bautista.

Los evangelistas nos hablan de una experiencia que va a transformar radicalmente la vida de Jesús. Después de ser bautizado por Juan, Jesús se siente el Hijo querido de Dios, habitado plenamente por su Espíritu. Alentado por ese Espíritu, Jesús se pone en marcha para anunciar a todos con su vida y su mensaje la Buena Noticia de un Dios amigo y salvador del ser humano.

El fruto de esta celebración en nosotros es <escuchar con fe la palabra del Hijo de Dios para que podamos llamarnos y ser en verdad hijos suyos>

“En el Bautismo de Jesús se manifiesta la Trinidad“
SOLEMNIDAD DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR - DÍA DE LOS REYES

SOLEMNIDAD DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR - DÍA DE LOS REYES

La fecha de la Epifanía del Señor, también conocida tradicionalmente como Día de Reyes. Manifestándose Jesús como primicia de todos los pueblos. Se revela así el misterio escondido en Dios: "Que también los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la Promesa en Jesucristo, por el Evangelio". Es, pues, una solemnidad que desborda el tema concreto de los Magos de Oriente, cuya venida se recuerda en la lectura evangélica y cuyo significado es profetizado en la primera lectura y el salmo responsorial. La Epifanía del Señor en la liturgia tiene tres momentos: la adoración de los Magos, el Bautismo en el Jordán y las Bodas de Caná.

La ESTRELLA nos conduce a JESÚS.
GRACIAS POR VUESTRA COLABORACIÓN

GRACIAS POR VUESTRA COLABORACIÓN

Desde la HERMANDAD DEL STMO. CRISTO DE LA LUZ queremos dar las gracias a todas las personas que habéis colaborado en la CAMPAÑA SOLIDARIA de RECOGIDA DE ALIMENTOS INFANTILES para Cáritas en estos días tan especiales, bien con vuestro trabajo totalmente desinteresado, como con vuestras aportaciones de alimentos, que son tan imprescindibles en este tiempo donde la pobreza hace mella.

MUCHÍSIMAS GRACIAS y tened siempre presente... Que el fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. Y el del servicio es la paz.
¡Que nunca nos falte ninguno de ellos!
                                                                          
                                                                                 "CONTAMOS CONTIGO"
SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS

SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS

Cada 1 de enero la Iglesia celebra la Solemnidad de “María, Madre de Dios” para pedir la protección de María que tuvo la dicha de concebir, dar a luz y criar al Salvador.

La Solemnidad de Santa María Madre de Dios es la primer Fiesta Mariana que apareció en la Iglesia Occidental. Se considera la festividad más importante en honor de María, madre de Jesús, ya que toda su vida y sus dones personales —incluyendo su virginidad— estuvieron orientados a su maternidad.

“He aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra”

Es desde ese fiat, hágase que Santa María respondió firme y amorosamente al Plan de Dios; gracias a su entrega generosa Dios mismo se pudo encarnar para traernos la Reconciliación, que nos libra de las heridas del pecado.

La llena de gracia, al asumir en su vientre al Niño Jesús, la Segunda Persona de la Trinidad, se convierte en la Madre de Dios, dando todo de sí para su Hijo; vemos pues que todo en ella apunta a su Hijo Jesús.

Es importante recordar que María no es sólo Madre de Dios, sino también nuestra porque así lo quiso Jesucristo en la cruz. Por ello, al comenzar el nuevo año, pidámosle a María que nos ayude a ser cada vez más como su Hijo.

Es por ello, que María es modelo para todo cristiano que busca día a día alcanzar su santificación. En nuestra Madre Santa María encontramos la guía segura que nos introduce en la vida del Señor Jesús, ayudándonos a conformarnos con Él y poder decir como el Apóstol “vivo yo más no yo, es Cristo quien vive en mí”.
FELIZ NAVIDAD

FELIZ NAVIDAD

“El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierras de sombras y una luz les brilló”. “Un ángel del Señor se les presentó a los pastores: la gloria del Señor los envolvió de claridad”. De este modo, la liturgia de la santa noche de Navidad nos presenta el nacimiento del Salvador como luz que irrumpe y disipa la más densa oscuridad. La presencia del Señor en medio de su pueblo libera del peso de la derrota y de la tristeza de la esclavitud, e instaura el gozo y la alegría.

La “señal” es la humildad de Dios llevada hasta el extremo; es el amor con el que, aquella noche, asumió nuestra fragilidad, nuestros sufrimientos, nuestras angustias, nuestros anhelos y nuestras limitaciones. El mensaje que todos esperaban, que buscaban en lo más profundo de su alma, no era otro que la ternura de Dios: Dios que nos mira con ojos llenos de afecto, que acepta nuestra miseria, Dios enamorado de nuestra pequeñez.
 Esta noche santa, en la que contemplamos al Niño Jesús apenas nacido y acostado en un pesebre, nos invita a reflexionar. ¿Cómo acogemos la ternura de Dios? ¿Me dejo alcanzar por él, me dejo abrazar por él, o le impido que se acerque? “Pero si yo busco al Señor” podríamos responder–. Sin embargo, lo más importante no es buscarlo, sino dejar que sea él quien me encuentre y me acaricie con cariño.
Ésta es la pregunta que el Niño nos hace con su sola presencia: ¿permito a Dios que me quiera? Y más aún: ¿tenemos el coraje de acoger con ternura las situaciones difíciles y los problemas de quien está a nuestro lado, o bien preferimos soluciones impersonales, quizás eficaces pero sin el calor del Evangelio? ¡Cuánta necesidad de ternura tiene el mundo de hoy!
La respuesta del cristiano no puede ser más que aquella que Dios da a nuestra pequeñez. La vida tiene que ser vivida con bondad, con mansedumbre. Cuando nos damos cuenta de que Dios está enamorado de nuestra pequeñez, que él mismo se hace pequeño para propiciar el encuentro con nosotros, no podemos no abrirle nuestro corazón y suplicarle: “Señor, ayúdame a ser como tú, dame la gracia de la ternura en las circunstancias más duras de la vida, concédeme la gracia de la cercanía en las necesidades de los demás, de la humildad en cualquier conflicto”.
Miremos al misterio y recemos, pidiendo a la Virgen Madre: “María, muéstranos a Jesús.
Homilía del Santo Padre