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FIESTA DE SAN FELIPE Y SANTIAGO - 3 DE MAYO - PATRONOS DE DALÍAS

FIESTA DE SAN FELIPE Y SANTIAGO - 3 DE MAYO - PATRONOS DE DALÍAS

La Iglesia celebra hoy 3 de mayo la fiesta de los apóstoles Felipe y Santiago.

Siguieron a Jesús a través de los caminos polvorientos y se sentaron a descansar con Él junto a la misma fuente. Llenos de generosidad y entusiasmo y el ímpetu del amor para seguir a un hombre que les prometía pobreza y predicaba mansedumbre y perdón. A veces torpes y duros de corazón, ambiciosos ante las parábolas del Reino, indecisos, cobardes, celosos de sus privilegios, pero pocos tuvieron su valor. Ni Felipe ni Santiago se cansaron de aquella vida de privación.

Cuando siguieron a Jesús, FELIPE demostró una docilidad como la de Pedro y la de Juan. “Sígueme", le dijo el Señor un día junto al lago de Genesareth, su lago, porque también él era de Bethsaida; y en seguida lo dejó todo, casa, mujer, hijas pequeñas, todo lo abandonó por seguir a Jesús. Y Jesús lo aceptó en su compañía.

Natanael llega contagiado por Felipe: “He encontrado a un Rabí de Nazaret, que debe ser el Cristo." Y sigue con Jesús, el Mesías descubierto, y se arrima a El para no perder su palabra, ni su gesto, ni su mirada. Junto a Jesús está en la multiplicación de los panes; y se siente feliz cuando el Maestro le pregunta: "Felipe, ¿cómo daremos de comer a esta gente?".

En el discurso de la Cena, se preguntaba, ¿qué significaba todo aquello?: "El Padre os ama; el Padre y Yo somos una misma cosa: "Muéstranos al Padre y esto nos basta. Pero a su rudeza, debemos la bella manifestación: "Felipe quien me ve a mí, ve a mi Padre." De todos los Apóstoles, Felipe y Santiago son los menos andariegos.

SANTIAGO, escucha atento, camina silencioso. Es un espíritu austero. Es pariente del Señor. Santiago no vacila; no se queja; recoge humildemente las parábolas del Señor y piensa en las palabras de Cristo: "Todo el que hiciere la voluntad de Padre que está en los Cielos, ése es mi amigo, mí hermano y mi madre."

Toda el alma de Santiago está en su sinceridad, en su entusiasmo para abrazar e imponer la vida cristiana con toda seriedad, "la norma perfecta," de la nueva religión, "la ley reina", que hace reyes a los que la guardan. Esa es la fuente de su inspiración, de su actitud con los humildes y de su indignación frente a los que les tiranizaban.

Dalías celebra la festividad de sus patronos. Para dicha celebración la parroquia de Dalías ha programado el “Rezo de Vísperas” a las 20 h.con la exposición del Santísimo y a continuación Solemne Eucaristía a las 20:30 presidida por D. Juan Carlos Morales Morell, párroco de Dalías y Celín.

AL finalizar la Eucaristía se compartirá un ágape fraterno en la plaza, juntos la iglesia.

SEGUNDO DOMINGO DE PASCUA - DOMINGO DE LA DIVINA MISERICORDIA

SEGUNDO DOMINGO DE PASCUA - DOMINGO DE LA DIVINA MISERICORDIA

La Fiesta de la Divina Misericordia se celebra el primer Domingo después del Domingo de Pascua.

A través de Sor María Faustina, apóstol de la Divina Misericordia, el Señor Jesús transmite al mundo el gran mensaje de la Divina Misericordia y presenta el modelo de la perfección cristiana basada sobre la confianza en Dios y la actitud de caridad hacia el prójimo.

El mensaje de Misericordia es que Dios nos Ama – a todos- no importa cuan grande sean nuestras faltas. Él quiere que reconozcamos que Su Misericordia es más grande que nuestros pecados, para que nos acerquemos a Él con confianza, para que recibamos su Misericordia y la dejemos derramar sobre otros. De tal manera de que todos participemos de Su Gozo.

Pide su Misericordia. Dios quiere que nos acerquemos a Él por medio de la oración constante, arrepentidos de nuestros pecados y pidiéndole que derrame Su Misericordia sobre nosotros y sobre el mundo entero
Sé misericordioso – Dios quiere que recibamos Su Misericordia y que por medio de nosotros se derrame sobre los demás
Confía completamente en Jesús – Dios nos deja saber que las gracias de su Misericordia dependen de nuestra confianza. Mientras más confiemos en Jesús, más recibiremos.


PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
"La misericordia cambia el mundo, hace al mundo menos frío y más justo. El rostro de Dios es el rostro de la misericordia, que siempre tiene paciencia. [...] Dios nunca se cansa de perdonarnos. El problema es que nosotros nos cansamos de pedirle perdón. ¡No nos cansemos nunca! Él es el padre amoroso que siempre perdona, que tiene misericordia con todos nosotros"

PALABRAS DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II

"Yo le doy gracias a la Divina Providencia porque he podido contribuir personalmente al cumplimiento de la Voluntad de Cristo, a través de la institución de la Fiesta de la Divina Misericordia. Yo rezo incesantemente para que Dios tenga misericordia de nosotros y del mundo entero."
DOMINGO DE RESURRECCIÓN -16 ABRIL 2017

DOMINGO DE RESURRECCIÓN -16 ABRIL 2017

El Domingo de Resurrección es la cima del Año Litúrgico. Es el día en que los cristianos celebran la Resurrección de Jesucristo tras haber sido crucificado.
Se abre un nuevo periodo litúrgico: la Pascua de Resurrección. El Domingo de Resurrección o de Pascua es la fiesta más importante para todos los cristianos. Es el aniversario del triunfo de Cristo sobre la muerte. Es la feliz conclusión del drama de la Pasión y la alegría inmensa que sigue al dolor.  La redención y liberación del pecado de la humanidad por el Hijo de Dios.
La Resurrección nos descubre nuestra vocación cristiana y nuestra misión: acercarla a todos los hombres.
El hombre no puede perder jamás la esperanza en la victoria del bien sobre el mal.  
Cada domingo se recuerda de una manera especial la Resurrección de Cristo. Se enciende el Cirio Pascual que representa la luz de Cristo resucitado y que permanecerá prendido hasta el día de la ascensión, cuando se conmemora la subida de Jesús al Cielo.

VIGILIA PASCUAL

VIGILIA PASCUAL

La Vigilia Pascual es la gran fiesta de los cristianos, que inaugura las celebraciones de la Resurrección del Señor.
Comienza con la liturgia del fuego, en la que aclamamos a Cristo como Luz Nueva que ilumina la tierra. El cirio pascual, bendecido en esta noche santa, presidirá las celebraciones del tiempo pascual, así como los Bautizos y Funerales a lo largo del año.
Cada uno de nosotros enciende su pequeña vela en la llama del cirio, directamente o a través de otros que la han recibido ya, como imagen de que queremos dejarnos iluminar por la luz de Cristo y colaborar con Él llevando a los demás su luz.
En el Pregón Pascual cantamos nuestro gozo, el de la Iglesia y el de la creación entera.
En la Liturgia de la Palabra, repasamos las grandes intervenciones de Dios a favor de la humanidad: la creación, el sacrificio de Abrahán, la salida de Egipto, las promesas de los profetas.
Después de las lecturas del Antiguo Testamento, se canta el Gloria y se proclama la lectura de san Pablo, que nos dice que nosotros también hemos pasado de la muerte a la vida por el bautismo.
Se canta el Aleluya, en esta noche resuena con mayor alegría la aclamación al Evangelio.
En la Liturgia del Agua se renuevan las promesas bautismales, recordando que el Bautismo es participación sacramental en la Muerte y Resurrección de Cristo. Esta parte concluye con la oración de los fieles.
En la Liturgia Eucarística comulgamos el Cuerpo del Señor, sabiendo que el que recibe a Cristo resucitado, resucitará con Él.
La bellísima secuencia de Pascua nos transmite los sentimientos de la Iglesia en esta fiesta.

SÁBADO SANTO- DÍA DE ESPERA

SÁBADO SANTO- DÍA DE ESPERA

Hoy es Sábado Santo y es un día de espera. Es el día del silencio: la comunidad cristiana vela junto al sepulcro. Es día para profundizar. Para contemplar. El altar está despojado. El sagrario, abierto y vacío.
El Sábado está en el corazón mismo del Triduo Pascual. Entre la muerte del Viernes y la resurrección del Domingo nos detenemos en el sepulcro.
Son tres aspectos de un mismo y único misterio, el misterio de la Pascua de Jesús: muerto, sepultado, resucitado.
Jesús se encuentra en el sepulcro y es María quien acompaña a la Iglesia. María es la madre de la paciente espera, aunque está dolida por la  muerte de su hijo. Ella fue la única que mantuvo viva la llama de la fe cuando Cristo fue sepultado.
María no fue al sepulcro porque había acogido la palabra de Dios en su corazón. Y por ser una mujer de fe profunda, había creído. Por lo tanto, ella no estaba desilusionada, ni asustada, ni desconfiaba. Sino que espera plenamente en la resurrección de su Hijo.
Pese de haber visto todo el dolor del día anterior, su fe y su esperanza son mucho más grandes aún. Se mantuvo firme al pie de la cruz, aunque profundamente dolida. En esos momentos lo único que la sostuvo fue la fe. Y también la esperanza de que se cumplirían las promesas de Dios.
VIERNES SANTO

VIERNES SANTO

El viernes Santo es día de penitencia para toda la Iglesia y por tanto hay que guardar en este día la abstinencia y el ayuno. El ayuno es además de penitencial, celebrativo, ritual, y contemplativo del misterio de la Cruz. Si bien es personal es sobre todo comunitario: la comunidad ayuna en la espera de su Señor Resucitado.
En este día no se celebra la Eucaristía y la Sagrada Comunión sólo se distribuye a los fieles durante la celebración de la Pasión del Señor. No se celebra ningún sacramento, a excepción de la Reconciliación y de la Unción de los Enfermos.
No tenemos Eucaristía pero sí una celebración litúrgica de la Muerte del Señor, una celebración de la Palabra que concluye con la adoración de la Cruz y con la comunión eucarística. Es una celebración sencilla, sobria, centrada en la muerte del Señor Jesús.
Proclamamos el misterio de la Cruz, en las lecturas de la Palabra de Dios.
Invocamos la salvación del mundo por la fuerza de esa Cruz.
Adoramos la Cruz del Señor Jesús.
Y finalmente participamos del misterio de esa Cruz, del Cuerpo entregado, comulgando de él.
La Pasión de Cristo es pues, proclamada, invocada, venerada y comulgada.