IV DOMINGO DE PASCUA - EL BUEN PASTOR
En el Evangelio de este domingo se concentra, en primer lugar, sobre las ovejas del rebaño de Jesús. Jesús las define así: "Mis ovejas escuchan mi voz". La actitud fundamental de un cristiano es la de escuchar la voz del Señor.
Jesús es el verdadero Pastor de la comunidad, que está en constante relación con el Padre: “Yo y el Padre somos uno”, Él conoce a las ovejas íntimamente y da la vida por ellas y ellas escuchan su voz: “Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre y nadie las arrebatará de mi mano”.
Los seguidores de Jesús son aquellos que escuchan su voz, aquellos que están unidos recibiendo su Palabra y su persona, por eso debemos de privilegiar nuestra relación personal con Él, sabiendo que nos conoce. Él nos conoce y nos quiere reconocer como sus llamados, todo encuentro necesita de dos, dos que se quieran como el Padre y el Hijo. Este es el modelo del Buen Pastor.
La voz de Cristo se nos dirige de varias maneras: él nos habla en la creación; él nos habla en los acontecimientos de la vida, él nos habla por medio de su Palabra leída en la Iglesia y él nos habla más directamente por medio de sus ministros ordenados, a quienes él ha elegido y ha constituido pastores de su pueblo. Cuando Jesús dice: "Mis ovejas escuchan mi voz", él está pensando en esos ministros, pues su voz llega a oídos de sus ovejas hoy por boca de ellos. Jesús lo dice claramente: "El que a vosotros escucha, a mí me escucha" (Lc 10,16). Este poder divino de hacer escuchar al pueblo de Dios la palabra de Cristo se recibe por medio del sacramento del Orden sagrado.
Jesús es el verdadero Pastor de la comunidad, que está en constante relación con el Padre: “Yo y el Padre somos uno”, Él conoce a las ovejas íntimamente y da la vida por ellas y ellas escuchan su voz: “Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre y nadie las arrebatará de mi mano”.
Los seguidores de Jesús son aquellos que escuchan su voz, aquellos que están unidos recibiendo su Palabra y su persona, por eso debemos de privilegiar nuestra relación personal con Él, sabiendo que nos conoce. Él nos conoce y nos quiere reconocer como sus llamados, todo encuentro necesita de dos, dos que se quieran como el Padre y el Hijo. Este es el modelo del Buen Pastor.
La voz de Cristo se nos dirige de varias maneras: él nos habla en la creación; él nos habla en los acontecimientos de la vida, él nos habla por medio de su Palabra leída en la Iglesia y él nos habla más directamente por medio de sus ministros ordenados, a quienes él ha elegido y ha constituido pastores de su pueblo. Cuando Jesús dice: "Mis ovejas escuchan mi voz", él está pensando en esos ministros, pues su voz llega a oídos de sus ovejas hoy por boca de ellos. Jesús lo dice claramente: "El que a vosotros escucha, a mí me escucha" (Lc 10,16). Este poder divino de hacer escuchar al pueblo de Dios la palabra de Cristo se recibe por medio del sacramento del Orden sagrado.