
VIGILIA PASCUAL
La Vigilia Pascual es la gran fiesta de los cristianos, que inaugura las celebraciones de la Resurrección del Señor.
Comienza con la liturgia del fuego, en la que aclamamos a Cristo como Luz Nueva que ilumina la tierra. El cirio pascual, bendecido en esta noche santa, presidirá las celebraciones del tiempo pascual, así como los Bautizos y Funerales a lo largo del año.
Cada uno de nosotros enciende su pequeña vela en la llama del cirio, directamente o a través de otros que la han recibido ya, como imagen de que queremos dejarnos iluminar por la luz de Cristo y colaborar con Él llevando a los demás su luz.
En el Pregón Pascual cantamos nuestro gozo, el de la Iglesia y el de la creación entera.
En la Liturgia de la Palabra, repasamos las grandes intervenciones de Dios a favor de la humanidad: la creación, el sacrificio de Abrahán, la salida de Egipto, las promesas de los profetas.
Después de las lecturas del Antiguo Testamento, se canta el Gloria y se proclama la lectura de san Pablo, que nos dice que nosotros también hemos pasado de la muerte a la vida por el bautismo.
Se canta el Aleluya, en esta noche resuena con mayor alegría la aclamación al Evangelio.
En la Liturgia del Agua se renuevan las promesas bautismales, recordando que el Bautismo es participación sacramental en la Muerte y Resurrección de Cristo. Esta parte concluye con la oración de los fieles.
En la Liturgia Eucarística comulgamos el Cuerpo del Señor, sabiendo que el que recibe a Cristo resucitado, resucitará con Él.
La bellísima secuencia de Pascua nos transmite los sentimientos de la Iglesia en esta fiesta.
Comienza con la liturgia del fuego, en la que aclamamos a Cristo como Luz Nueva que ilumina la tierra. El cirio pascual, bendecido en esta noche santa, presidirá las celebraciones del tiempo pascual, así como los Bautizos y Funerales a lo largo del año.
Cada uno de nosotros enciende su pequeña vela en la llama del cirio, directamente o a través de otros que la han recibido ya, como imagen de que queremos dejarnos iluminar por la luz de Cristo y colaborar con Él llevando a los demás su luz.
En el Pregón Pascual cantamos nuestro gozo, el de la Iglesia y el de la creación entera.
En la Liturgia de la Palabra, repasamos las grandes intervenciones de Dios a favor de la humanidad: la creación, el sacrificio de Abrahán, la salida de Egipto, las promesas de los profetas.
Después de las lecturas del Antiguo Testamento, se canta el Gloria y se proclama la lectura de san Pablo, que nos dice que nosotros también hemos pasado de la muerte a la vida por el bautismo.
Se canta el Aleluya, en esta noche resuena con mayor alegría la aclamación al Evangelio.
En la Liturgia del Agua se renuevan las promesas bautismales, recordando que el Bautismo es participación sacramental en la Muerte y Resurrección de Cristo. Esta parte concluye con la oración de los fieles.
En la Liturgia Eucarística comulgamos el Cuerpo del Señor, sabiendo que el que recibe a Cristo resucitado, resucitará con Él.
La bellísima secuencia de Pascua nos transmite los sentimientos de la Iglesia en esta fiesta.