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OBRAS DE MISERICORDIA ESPERITUALES - ENSEÑAR AL QUE NO SABE

OBRAS DE MISERICORDIA ESPERITUALES - ENSEÑAR AL QUE NO SABE

De la contemplación del Maestro sigue la imitación: podemos instruir de múltiples maneras. ¡Incluso sin palabras!

En este año de la misericordia también nosotros podemos enseñar al que desconoce algo. Pero atención, cuando hablo de enseñar no me refiero sólo a clases, libros, conferencias. Podemos instruir de múltiples maneras. ¡Incluso sin palabras! Con un buen ejemplo, haciendo en familia otra obra de misericordia corporal y hasta con una sonrisa sincera, enseñando a otro una virtud como la alegría.

Ojalá se nos conceda el don de seguir siendo como niños, para estar atentos y poder sorprendernos cuando los que pensamos que no pueden enseñarnos nada son los verdaderos maestros de vida.
OBRAS DE MISERICORDIA ESPERITUALES - DAR BUEN CONSEJO AL QUE LO NECESITA

OBRAS DE MISERICORDIA ESPERITUALES - DAR BUEN CONSEJO AL QUE LO NECESITA

Dar buen consejo al que lo necesita es sobre todo una actitud del corazón; es querer ayudar, consolar, estimular, fortalecer con un corazón bueno y magnánimo, buscando el auténtico bien de esa persona. De allí tiene que nacer el consejo; pues cuando nace del amor y del interés por el otro, será bien recibido y al mismo tiempo hará maravillas a la persona que busca una ayuda.

Dar consejo no es ordenar, sigo sugerir, ponerse en el lugar del otro y, caminando un tiempo con sus zapatos, tratar de aconsejar de la mejor manera posible, especialmente inspirados por el Espíritu Santo que nos dirá la forma y el modo de dar el consejo, ya que Él es quien da la luz que tanto necesitamos para cumplir con esta obra de misericordia.

Si tenemos buena voluntad, paciencia y amor, Dios hará el resto y nos dará palabras sabias para aconsejar cristianamente.
PARTICIPACIÓN DE NUESTRA HERMANDAD EN LOS SOLEMNES CULTOS EN HONOR DE SAN JOSÉ Mª RUBIO

PARTICIPACIÓN DE NUESTRA HERMANDAD EN LOS SOLEMNES CULTOS EN HONOR DE SAN JOSÉ Mª RUBIO

Una amplia representación de la Junta de Gobierno de la Real y Muy Ilustre Hermandad del Stmo. Cristo de la Luz, encabezada por su Hermana mayor, ha asistido a los cultos en honor de San José Mª Rubio. Los cultos daban comienzo el jueves, 28 de abril a las 22.00 h. con "Vía Sanctitati"  recorriendo el "Camino de Santidad" del Padre Rubio, desde el Oratorio hasta el Templo Parroquial.
El viernes daba comienzo al Solemne Tríduo para terminar el domingo con la Solemne Procesión de Alabanza.
El día 4 de mayo, fiesta litúrgica de San José Mª Rubio, la Junta de Gobierno de la Hermandad asistía a la Solemne Misa jubilar.
Gracias Padre Rubio por poder recorrer tus huellas, dejarnios empapar por tu espirutialidad y abrazar con tu ejemplo la Misericordia de Dios.
FIESTA DE SAN FELIPE Y SANTIAGO - PATRONOS DE DALÍAS

FIESTA DE SAN FELIPE Y SANTIAGO - PATRONOS DE DALÍAS

Hoy 3 de mayo la Iglesia recuerda a los santos apóstoles Felipe y Santiago, quienes murieron mártires a causa de su fe en Cristo.

San Felipe nació en Betsaida y fue discípulo de San Juan el Bautista. Felipe fue uno de los primeros apóstoles llamados por Jesús. Él fue quien preguntó a Jesús sobre la repartición de los panes: “¿Cómo vamos a darle de comer a tanta gente?” (Jn 6, 5-7) Felipe le pidió a Cristo en la última cena que le “muestre al Padre” (Jn 14, 8-11).

Después de la Ascensión, Felipe recibió el Espíritu Santo en Pentecostés, junto con los otros apóstoles y la Virgen María. Posteriormente partió para evangelizar la región de Frigia, actualmente Turquía, Hungría, Ucrania y el Este de Rusia.

San Felipe fue martirizado y murió crucificado y apedreado en Hierápolis. En el siglo VI las reliquias del apóstol fueron llevadas a Roma y colocadas en la Basílica de los Doce Apóstoles.

Santiago es llamado el “Hijo de Alfeo” y también se le conoce como “El primo del Señor” porque su madre era pariente de la Virgen. A él se le atribuye la autoría de la primera epístola católica. Una de sus frases más profundas y famosas es: “La fe sin obras, está muerta”.

También encontramos en Los Hechos de los Apóstoles menciones al apóstol donde señalan que era muy querido por la Iglesia de Jerusalén y que lo llamaban “el Obispo de Jerusalén”. San Pablo lo considera en su carta a los Gálatas, junto con San Pedro y San Juan, una de las principales columnas de la Iglesia.

En sus oraciones, le pedía perdón a Dios por los pecados de su pueblo. Por esa razón, la gente lo llamaba: “El que intercede por el pueblo”. Estas acciones conmovieron a muchos judíos y por el ejemplo de Santiago se convirtieron.

El éxito de su evangelización provocó escándalo entre los fariseos y escribas. Por ello, en un día de fiesta el Sumo Sacerdote Anás II, aprovechando la concurrencia, le dijo: “Te rogamos que ya que el pueblo siente por ti grande admiración, te presentes ante la multitud y les digas que Jesús no es el Mesías o Redentor”. Ante este pedido, Santiago respondió: “Jesús es el enviado de Dios para salvación de los que quieran salvarse. Y lo veremos un día sobre las nubes, sentado a la derecha de Dios".

Los sumos sacerdotes se enfurecieron por esa respuesta pues temían que todos los judíos se convirtieran al cristianismo. Entonces tomaron a Santiago y lo llevaron a la parte más alta del templo y desde allí lo echaron hacia el precipicio. El apóstol murió de rodillas mientras rezaba: “Padre Dios, te ruego que los perdones porque no saben lo que hacen".
OBRAS DE MISERICORDIA ESPERITUALES - CORREGIR AL QUE YERRA

OBRAS DE MISERICORDIA ESPERITUALES - CORREGIR AL QUE YERRA

Es una obra de Misericordia inspirada en un texto del Evangelio de San Mateo: “si tu hermano peca contra ti, repréndelo estando los dos a solas. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo, como un pagano o un publicano” (Mt 8,15-17; cf. Tit 3,10).

La corrección fraterna exige discernimiento: escoger el momento oportuno; ejercitarla de forma que crezca y no disminuya la estima que el hermano tiene de sí mismo; evitar que sea la única manera con la cual uno se relacione con aquel hermano; ejercerla sobre cosas verdaderamente esenciales; tender a liberar y no tanto a juzgar y condenar, corregir sabiendo que uno también es pecador y necesitado de corrección. Si todo esto acontece, la corrección fraterna que sugiere la Obra de Misericordia “corregir al que yerra” podrá dar fruto de paz y de bendición.