II DOMINGO DE ADVIENTO - 2016
En este Segundo Domingo de Adviento Dios quiere venir a nosotros pero no se impone. Nos pide que abramos la puerta y preparemos el camino.
Una voz en el desierto: Juan el Bautista. Prepara el camino del Señor
El corazón de su predicación es el anuncio de Isaías (Is 40, 3). «Voz del que grita en el desierto: preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas».
El camino que debemos preparar es nuestro corazón. Se trata de algo difícil, pues exige abrir el corazón y dejar que Jesús entre y reine. Es entregar plenamente nuestra vida a Él.
Todos necesitamos conversión. Poner toda la atención en Dios y hacer un cambio de vida. Así hizo Juan Bautista en el desierto.
En la relación entre Dios y las personas, en este encuentro que preparamos en el tiempo del adviento, la iniciativa es de Dios.
Dios está continuamente en camino hacia el hombre, hacia nosotros, allanando el camino, llamándonos por medio de los profetas. Si queremos caminar hacia su encuentro tenemos que hacerlo con frutos de justicia y con la conversión del corazón.
Que el Señor nos ayude a dejar nuestro aislamiento y a salir a su encuentro.
Una voz en el desierto: Juan el Bautista. Prepara el camino del Señor
El corazón de su predicación es el anuncio de Isaías (Is 40, 3). «Voz del que grita en el desierto: preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas».
El camino que debemos preparar es nuestro corazón. Se trata de algo difícil, pues exige abrir el corazón y dejar que Jesús entre y reine. Es entregar plenamente nuestra vida a Él.
Todos necesitamos conversión. Poner toda la atención en Dios y hacer un cambio de vida. Así hizo Juan Bautista en el desierto.
En la relación entre Dios y las personas, en este encuentro que preparamos en el tiempo del adviento, la iniciativa es de Dios.
Dios está continuamente en camino hacia el hombre, hacia nosotros, allanando el camino, llamándonos por medio de los profetas. Si queremos caminar hacia su encuentro tenemos que hacerlo con frutos de justicia y con la conversión del corazón.
Que el Señor nos ayude a dejar nuestro aislamiento y a salir a su encuentro.