103ª JORNADA MUNDIAL DEL EMIGRANTE Y DEL REFUGIADO
Hoy, domingo, 15 de enero, las comunidades cristianas de todo el mundo celebraremos la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado.
En esta ocasión, la conmemoración se realiza bajo el lema "Menores migrantes vulnerables y sin voz. Reto y esperanza", en respuesta a la llamada realizada por el papa Francisco en la que denunciaba el recrudecimiento dramático del fenómeno migratorio y apelaba al compromiso común frente al drama de los menores migrantes, porque "son principalmente los niños quienes más sufren las graves consecuencias de la emigración". "Los niños -advertía el Papa- constituyen el grupo más vulnerable entre los emigrantes, porque, mientras se asoman a la vida, son invisibles y no tienen voz".
El papa Francisco reconoció que no se pueden ignorar las dificultades, los dramas y la tragedia que representa el fenómeno de la migración, pero igualmente insistió en la necesidad de la acogida.
Urgió a aplicar medidas que aseguren a los menores “protección y defensa” para que no terminen en la calle, abandonados a sí mismos y víctimas de “explotadores sin escrúpulos” que, más de una vez, los transforman en objeto de violencia física, moral y sexual
En esta ocasión, la conmemoración se realiza bajo el lema "Menores migrantes vulnerables y sin voz. Reto y esperanza", en respuesta a la llamada realizada por el papa Francisco en la que denunciaba el recrudecimiento dramático del fenómeno migratorio y apelaba al compromiso común frente al drama de los menores migrantes, porque "son principalmente los niños quienes más sufren las graves consecuencias de la emigración". "Los niños -advertía el Papa- constituyen el grupo más vulnerable entre los emigrantes, porque, mientras se asoman a la vida, son invisibles y no tienen voz".
El papa Francisco reconoció que no se pueden ignorar las dificultades, los dramas y la tragedia que representa el fenómeno de la migración, pero igualmente insistió en la necesidad de la acogida.
Urgió a aplicar medidas que aseguren a los menores “protección y defensa” para que no terminen en la calle, abandonados a sí mismos y víctimas de “explotadores sin escrúpulos” que, más de una vez, los transforman en objeto de violencia física, moral y sexual