OBRAS DE MISERICORDIA - DAR POSADA AL PEREGRINO
Todos somos peregrinos en este mundo, y vamos golpeando en las puertas de los santos y de los ángeles para que nos vayan dando ayuda y alojamiento mientras vamos de camino por la vida. Pues así como nos gusta que ellos nos abran y nos den todo lo necesario para seguir en la senda de la vida, así también debemos saber abrir nuestra casa al hombre cansado y que nos pide un lugar para dormir o descansar y tomar fuerzas. Como dice el Apóstol: “Muchos, sin saberlo, han dado alojamiento a ángeles”.
Todos somos peregrinos en la historia. Mientras vamos de camino todos necesitamos sentirnos alojados y nos da miedo vivir en la intemperie, desalojados, sin techo, ser transeúntes sin referencia de hogar y de calor humano y familiar. La realidad nos muestra una muchedumbre ingente de desalojados en nuestra sociedad por motivos diferentes.
Efectivamente la pérdida del empleo y la vivienda, perder el trabajo, ser desahuciado, vivir en la calle, verse obligado a cambiar de lugar de residencia o país por miedo, persecución, pobreza… son cambios drásticos, situaciones de pérdidas que, vividas de manera prolongada en el tiempo, crea situaciones personales y familiares de sufrimiento, desesperanza, preocupación, incertidumbre. La persona entra en un estado de indefensión, en el que especialmente, necesita del amparo social y comunitario, la falta de éste hace que la persona se sienta desprotegida, desalojada y pueda llegar a experimentar la depresión y vacío existencial.
Debemos colaborar con las instituciones que cuidan de los que viven en la calle y de los transeúntes o peregrinos. En nuestra parroquia establecer lazos fuertes con el Centro Hermano de Cáritas, que todos nosotros junto con los niños y jóvenes lleguemos a conocer este proyecto y las opciones de cáritas.
Todos somos peregrinos en la historia. Mientras vamos de camino todos necesitamos sentirnos alojados y nos da miedo vivir en la intemperie, desalojados, sin techo, ser transeúntes sin referencia de hogar y de calor humano y familiar. La realidad nos muestra una muchedumbre ingente de desalojados en nuestra sociedad por motivos diferentes.
Efectivamente la pérdida del empleo y la vivienda, perder el trabajo, ser desahuciado, vivir en la calle, verse obligado a cambiar de lugar de residencia o país por miedo, persecución, pobreza… son cambios drásticos, situaciones de pérdidas que, vividas de manera prolongada en el tiempo, crea situaciones personales y familiares de sufrimiento, desesperanza, preocupación, incertidumbre. La persona entra en un estado de indefensión, en el que especialmente, necesita del amparo social y comunitario, la falta de éste hace que la persona se sienta desprotegida, desalojada y pueda llegar a experimentar la depresión y vacío existencial.
Debemos colaborar con las instituciones que cuidan de los que viven en la calle y de los transeúntes o peregrinos. En nuestra parroquia establecer lazos fuertes con el Centro Hermano de Cáritas, que todos nosotros junto con los niños y jóvenes lleguemos a conocer este proyecto y las opciones de cáritas.
Buzón del peregrino
AÑO JUBILAR DE LA MISERICORDIA