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ASISTENCIA A LA CASA DE NAZARET

ASISTENCIA A LA CASA DE NAZARET

La Hermandad del Stmo. Cristo de la Luz, desde la Vocalía de Caridad, tiene previsto la visita a la CASA DE NAZARET, de Almería, el sábado 7 de mayo por la tarde, para ayudar y acompañar durante la cena a las personas que allí residen y aportar alimentos y productos de limpieza.

Tan sólo tres religiosas de la Institución Benéfica del Sagrado Corazón atienden a los residentes, así que, toda ayuda es bien recibida.

La CASA DE NAZARET es refugio para docenas de personas y es una luz de esperanza para quienes lo han perdido todo, no tienen dónde ir o su salud no les permite trabajar.

La congregación benéfica del Sagrado Corazón no puede, según sus estatutos, contar con subvenciones o ayudas periódicas, sino tan sólo de la limosna de particulares.


En esta visita puede participar cualquier persona que lo desee. Además se puede colaborar aportando productos de limpieza, higiene, ropa, alimentación...entregándolos en el Local de la Hermandad hasta el sábado 7 de mayo, por la mañana.

Para colaborar e informarte mejor puedes dirigirte a cualquier miembro de la Junta de Gobierno de la Hermandad.

Tu colaboración es importante.

OBRAS DE MISERICORDIA - ENTERRAR A LOS MUERTOS

OBRAS DE MISERICORDIA - ENTERRAR A LOS MUERTOS

Enterrar a los muertos es una obra de misericordia corporal que posee una fuerte dimensión espiritual porque implica, necesariamente, el acto de rezar por los difuntos. Desde esta perspectiva, nos sentimos interpelados a reflexionar, además, sobre la muerte y sobre el sentido de la vida (cf. Benedicto XVI, Spe Salvi, n. 6).

La Iglesia nos ofrece la oportunidad de enterrar a los muertos en un Cementerio o Campo Santo. De esta forma, el cementerio es tierra bendecida y consagrada a Dios, es un lugar apto para orar por aquellas personas que nos han precedido en el encuentro definitivo con el Señor.

OBRAS DE MISERICORDIA - DAR POSADA AL PEREGRINO

OBRAS DE MISERICORDIA - DAR POSADA AL PEREGRINO

Todos somos peregrinos en este mundo, y vamos golpeando en las puertas de los santos y de los ángeles para que nos vayan dando ayuda y alojamiento mientras vamos de camino por la vida. Pues así como nos gusta que ellos nos abran y nos den todo lo necesario para seguir en la senda de la vida, así también debemos saber abrir nuestra casa al hombre cansado y que nos pide un lugar para dormir o descansar y tomar fuerzas. Como dice el Apóstol: “Muchos, sin saberlo, han dado alojamiento a ángeles”.

Todos somos peregrinos en la historia. Mientras vamos de camino todos necesitamos sentirnos alojados y nos da miedo vivir en la intemperie, desalojados, sin techo, ser transeúntes sin referencia de hogar y de calor humano y familiar. La realidad nos muestra una muchedumbre ingente de desalojados en nuestra sociedad por motivos diferentes.

Efectivamente la pérdida del empleo y la vivienda, perder el trabajo, ser desahuciado, vivir en la calle, verse obligado a cambiar de lugar de residencia o país por miedo, persecución, pobreza… son cambios drásticos, situaciones de pérdidas que, vividas de manera prolongada en el tiempo, crea situaciones personales y familiares de sufrimiento, desesperanza, preocupación, incertidumbre. La persona entra en un estado de indefensión, en el que especialmente, necesita del amparo social y comunitario, la falta de éste hace que la persona se sienta desprotegida, desalojada y pueda llegar a experimentar la depresión y vacío existencial.

Debemos colaborar con las instituciones que cuidan de los que viven en la calle y de los transeúntes o peregrinos. En nuestra parroquia establecer lazos fuertes con el Centro Hermano de Cáritas, que todos nosotros junto con los niños y jóvenes lleguemos a conocer este proyecto y las opciones de cáritas.
IV DOMINGO DE PASCUA - EL BUEN PASTOR

IV DOMINGO DE PASCUA - EL BUEN PASTOR

En el Evangelio de este domingo se concentra, en primer lugar, sobre las ovejas del rebaño de Jesús. Jesús las define así: "Mis ovejas escuchan mi voz". La actitud fundamental de un cristiano es la de escuchar la voz del Señor.
Jesús es el verdadero Pastor de la comunidad, que está en constante relación con el Padre: “Yo y el Padre somos uno”, Él  conoce a las ovejas íntimamente y da la vida por ellas y ellas escuchan su voz: “Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre y nadie las arrebatará de mi mano”.
Los seguidores de Jesús son aquellos que escuchan su voz, aquellos que están unidos recibiendo su Palabra y su persona, por eso debemos de privilegiar nuestra relación personal con Él, sabiendo que nos conoce. Él nos conoce y nos quiere reconocer como sus llamados, todo encuentro necesita de dos, dos que se quieran como el Padre y el Hijo. Este es el modelo del Buen Pastor.
La voz de Cristo se nos dirige de varias maneras: él nos habla en la creación; él nos habla en los acontecimientos de la vida, él nos habla por medio de su Palabra leída en la Iglesia y él nos habla más directamente por medio de sus ministros ordenados, a quienes él ha elegido y ha constituido pastores de su pueblo. Cuando Jesús dice: "Mis ovejas escuchan mi voz", él está pensando en esos ministros, pues su voz llega a oídos de sus ovejas hoy por boca de ellos. Jesús lo dice claramente: "El que a vosotros escucha, a mí me escucha" (Lc 10,16). Este poder divino de hacer escuchar al pueblo de Dios la palabra de Cristo se recibe por medio del sacramento del Orden sagrado.