SOLEMNIDAD DE LA ASCENSIÓN - 2019
Hoy la Iglesia Universal celebra la Solemnidad de la Ascensión del Señor al cielo, a los cuarenta días de su resurrección.
Uno de los pasajes bíblicos que narra este episodio de la vida del Señor está en el Evangelio de San Marcos 16,15-20:
“Conclusión del santo evangelio según san Marcos: En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: ‘Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban”.
La fiesta de hoy nos tendría que hacer pensar en cómo vivimos nuestra fe. Deberíamos aprender a tener con nosotros y con nuestros hermanos la misma paciencia que Dios tuvo con los discípulos y que tiene con nosotros. Como los buenos libros necesitan ser leídos varias veces para apreciar todo su valor, así la fe necesita tiempo, estudio y oración para que llegue a hacerse vida en nosotros. Nuestra comunidad cristiana crecerá en la medida en que todos crezcamos también en la escucha del Señor. Como los discípulos, habrá días en que sintamos la presencia de Dios cerca de nosotros y otros en los que nos sintamos solos. Todo es parte del proceso que nos llevará a vivir en plenitud nuestra fe, a ser testigos del Reino en nuestro mundo. La fiesta de hoy nos tiene que ayudar a poner nuestra confianza en Jesús. Aunque nos parezca que estamos solos, él nos ha prometido su Espíritu. Y Jesús no falla nunca.
Uno de los pasajes bíblicos que narra este episodio de la vida del Señor está en el Evangelio de San Marcos 16,15-20:
“Conclusión del santo evangelio según san Marcos: En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: ‘Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban”.
La fiesta de hoy nos tendría que hacer pensar en cómo vivimos nuestra fe. Deberíamos aprender a tener con nosotros y con nuestros hermanos la misma paciencia que Dios tuvo con los discípulos y que tiene con nosotros. Como los buenos libros necesitan ser leídos varias veces para apreciar todo su valor, así la fe necesita tiempo, estudio y oración para que llegue a hacerse vida en nosotros. Nuestra comunidad cristiana crecerá en la medida en que todos crezcamos también en la escucha del Señor. Como los discípulos, habrá días en que sintamos la presencia de Dios cerca de nosotros y otros en los que nos sintamos solos. Todo es parte del proceso que nos llevará a vivir en plenitud nuestra fe, a ser testigos del Reino en nuestro mundo. La fiesta de hoy nos tiene que ayudar a poner nuestra confianza en Jesús. Aunque nos parezca que estamos solos, él nos ha prometido su Espíritu. Y Jesús no falla nunca.